El Ayuntamiento cuenta con un total de 27 expedientes de viviendas en ruina dentro de Caborana. Muchas de las viviendas se encuentran cerca de la carretera general, por lo que «podrían suponer un peligro para viandantes y coches en el caso de dilatarnos en el tiempo», explicó ayer el alcalde, David Moreno. Esta primera vivienda se ha derribado después de seguir una serie de «farragosos» trámites, añadió el regidor.
El protocolo que sigue el Ayuntamiento ante un inmueble ruinoso, a menos que se trate de una emergencia, comienza con la localización de los propietarios del edificio. Se otorga un plazo para la demolición voluntaria del inmueble y, una vez expirado este periodo, el Ayuntamiento toma cartas en el asunto.
El Consistorio solicita entonces una autorización judicial y, tras obtener el permiso, procede a la demolición subsidiaria. David Moreno aseguró que la tramitación «es administrativamente complejo, pero desde el Gobierno local nos hemos propuesto erradicar un problema de salubridad y seguridad ciudadana».
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